Es la opinión que más me ha gustado (las hay abundantes y sorprendentemente variadas) de una película que me ha gustado:
"... Aunque es evidente que la estructura superficial de esta cinta es más
propia de una peli de espías, me gusta más pensar que lo que ha hecho
Jarmusch aquí ha sido crear su propio superhéroe. Aunque ni vuela, ni
lanza telarañas, ni tiene fuerza sobrehumana.
Debajo de su fachada hermética y silenciosa (no olvidemos que es el ideal de Jarmusch), el único superpoder que posee es el de la imaginación. En la realidad no es gran cosa, en la ficción lo es todo. Para salvaguardar a los músicos, cineastas, científicos, bohemios y drogadictos, es el superpoder idóneo.
No viene a salvarnos a nosotros, entonces, sino al arte. Y para hacerlo hay que eliminar a la realidad. Sin armas, sin fuerza, sin planes estratégicos. Sólo con una simple cuerda de guitarra. Con arte.
Sin embargo, aunque la misión acaba en la película y nuestro héroe (bueno, el del arte) guarda su traje y se pierde en la realidad, el objetivo no está cumplido. Jarmusch configura su particular lienzo en blanco, su elogio al arte por el arte. El concepto está perfectamente conseguido, su ejecución no. Su universo de variaciones, diálogos marcianos y hermetismo interesa (a ratos), pero no cautiva. Convence, pero nunca emociona.
Y es que para que el arte mate a la realidad no basta con el lienzo. Necesita que lo rellenen..."
Debajo de su fachada hermética y silenciosa (no olvidemos que es el ideal de Jarmusch), el único superpoder que posee es el de la imaginación. En la realidad no es gran cosa, en la ficción lo es todo. Para salvaguardar a los músicos, cineastas, científicos, bohemios y drogadictos, es el superpoder idóneo.
No viene a salvarnos a nosotros, entonces, sino al arte. Y para hacerlo hay que eliminar a la realidad. Sin armas, sin fuerza, sin planes estratégicos. Sólo con una simple cuerda de guitarra. Con arte.
Sin embargo, aunque la misión acaba en la película y nuestro héroe (bueno, el del arte) guarda su traje y se pierde en la realidad, el objetivo no está cumplido. Jarmusch configura su particular lienzo en blanco, su elogio al arte por el arte. El concepto está perfectamente conseguido, su ejecución no. Su universo de variaciones, diálogos marcianos y hermetismo interesa (a ratos), pero no cautiva. Convence, pero nunca emociona.
Y es que para que el arte mate a la realidad no basta con el lienzo. Necesita que lo rellenen..."
5 comentarios:
No conozco a este director, y si consiguieras poner la peli, me la veré. Me ha gustado el comentario.
Pues ahí la dejo. Advierto que es de las que me gustan a mí, jijiji...
Que la disfrutes.
Esta tarde me la veré y te diré qué me ha parecido. Gracias, Glo.
Sólo he visto algo tan lento. ¿Recuerdas El año pasado en Marienbad? Aquella me gustó, porque tenía contenidos. Ésta ni siquiera puedo decir que no, aunque algún mérito sí que tiene y es que haya podido colarse hasta el público. No me imagino sentadita en una butaca mientras va pasando esta cinta. Los metros quiero decir.
En cambio, yo he disfrutado mucho con esta película, jijiji.
De ella me ha seducido la música; la calidad de la fotografía y la de los objetos fotografiados (colores, texturas); los paisajes; la delicadeza del juego de las cajitas y de los cafés; la interpretación del drogadicto y de algún otro personaje; los pequeños hilvanes, como que un director americano elija un edificio de la avenida de América, o las referencias al cine de Tarkovski... y la lenta y expresiva danza de la bailaora.
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