Yo tendría unos cuatro años cuando hice un viaje con mi ama a Madrid. Nuestros familia gata se empeñó en llevarnos al rastro y, todavía me estoy oyendo, la menda, con vocecita de siempre (sigue siendo la de una niña) gritó: ¡Ama, mira Cascorro! Te juro que el follón del rastro por antonomasia se calló por unos momentos. Yo no conocía al héroe de nada, pero me había dicho unos momentos antes quien era, así que se me ocurrió lucirme un poco.
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Yo tendría unos cuatro años cuando hice un viaje con mi ama a Madrid. Nuestros familia gata se empeñó en llevarnos al rastro y, todavía me estoy oyendo, la menda, con vocecita de siempre (sigue siendo la de una niña) gritó: ¡Ama, mira Cascorro! Te juro que el follón del rastro por antonomasia se calló por unos momentos. Yo no conocía al héroe de nada, pero me había dicho unos momentos antes quien era, así que se me ocurrió lucirme un poco.
Una de las pocas estatuas del Madrid antiguo...
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