"... Todo apunta hacia la teoría del mundo de ARN, la hoy considerada molécula quid de la vida primitiva, hipótesis según la cual el ARN apareció en la Tierra sirviendo como material genético de almacenamiento, que generó reacciones químicas y evolucionó hacia el ADN y las proteínas, es decir, a sistemas autosostenibles. Por supuesto que se necesitó de agua, energía, la tectónica de placas, la poca variación de nuestra radiación solar, la protección del campo magnético, la estabilización del eje del planeta, la relación con la Luna, la influencia de Júpiter y quien sabe de cuántas cosas más. Y es por ello que algunos debaten si la vida es poca o muy probable pero, en esos términos, el debate es innecesario; la continua investigación resolverá la cuestión.
La vida en la Tierra ha demostrado ser persistente floreciendo en los ambientes más diversos,muchos de ellos los más extremos. A lo mejor, aquí en la Tierra, ni siquiera existió un único origen, sino muchos, en tantos ambientes como fue posible, allí donde pudo, mediante quimiosíntesis. Pero la cuestión sobre el origen del propio ARN sigue en pie, puesto que él mismo es una molécula, compuesta a su vez de moléculas más pequeñas llamadas nucleótidos, es decir, carbono, una base nitrogenada y un grupo fosfato. En este punto ya no se trata de biología sino de química, química prebiótica y, con el anuncio de la NASA, ya no se trata solo de la vida en la Tierra sino fuera de ella. Una cuestión que aborda la astrobiología, una nueva ciencia en desarrollo que estudia el origen, la evolución, distribución y futuro de la vida en el universo. Y con ello, una clásica teoría, la de la panspermia, retoma impulso, la que afirma que las formas simples de la vida, al menos las derivadas de carbono, están en todas partes del universo y que, como el filósofo griego Anaxágoras mencionó, viajan como semillas. En cometas pero sobre todo en meteoritos, orgánicos les dicen. Hablan entonces de la teoría de la litopanspermia (del griego: lithos=piedra, pan=todo, esperma=origen) y muestran modelos donde los organismos primitivos pudieron resistir la velocidad y radiación de sus viajes. Y con todo ello, la vieja tesis de Leucipo y Demócrito, la de los mundos innumerables, renace también..."
Walter Farah Calderón walterfarah@yahoo.com http://www.linkedin.com/in/walterfarah 15 de abril, 2013
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