"... Los procesos de trabajo y los modos en que se desarrolla la consecución de la obra nacida bajo los efectos de la crisis, tienen en cuenta que el proyecto debe aparecer siempre como algo acabado. El inminente cierre presupuestario a lo largo del proceso de construcción, sitúa a los participantes en un estado de incertidumbre que está empezando a verse por algunos como una virtud.
Ante una situación en que el necesario flujo económico se vuelve irregular, o que incluso no se da por seguro o constante, el estudio por fases de su viabilidad y el cómo organizar el proyecto de cara al orden de intervención de los recursos disponibles, se da de un modo inesperado.
El pauperismo no organiza la obra bajo una implacable lógica constructiva o de puro rendimiento, sino con la necesidad de un uso y ocupación inminente. Si en el momento más inesperado una obra puede detener su proceso y darse por concluida y dispuesta a su inauguración, ésta debe estar perpetuamente acabada. Lo cual hace aflorar una estética brutal en que los encofrados perdidos, o el andamiaje son capaces de ofrecerse cargados de una poética propia. Y exige caminar por el delicado filo entre la poesía y el absurdo.
No sólo se trata de hacer de la necesidad virtud, se trata de convertir los procesos en estética...
Ante una situación en que el necesario flujo económico se vuelve irregular, o que incluso no se da por seguro o constante, el estudio por fases de su viabilidad y el cómo organizar el proyecto de cara al orden de intervención de los recursos disponibles, se da de un modo inesperado.
El pauperismo no organiza la obra bajo una implacable lógica constructiva o de puro rendimiento, sino con la necesidad de un uso y ocupación inminente. Si en el momento más inesperado una obra puede detener su proceso y darse por concluida y dispuesta a su inauguración, ésta debe estar perpetuamente acabada. Lo cual hace aflorar una estética brutal en que los encofrados perdidos, o el andamiaje son capaces de ofrecerse cargados de una poética propia. Y exige caminar por el delicado filo entre la poesía y el absurdo.
No sólo se trata de hacer de la necesidad virtud, se trata de convertir los procesos en estética...
... Si la tipología arquitectónica de los excesos fue el museo, el pauperismo pone en valor esa gran olvidada en los instantes de bonanza: la casa...
... no creo que sea imprescindible que se convierta en algo más que una recuperación de criterios de racionalidad..."
... no creo que sea imprescindible que se convierta en algo más que una recuperación de criterios de racionalidad..."
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