17.8.13

SOMOS MUCHO MÁS ESTÚPIDOS


No sé si Fraga vivió para conocer los viajes turísticos a Chernóbil, pero de haberlo hecho, se habría dado una buena palmada en la frente al darse cuenta de lo desaprovechado que tuvo Palomares. No había necesidad alguna de ocultar la rociada de plutonio: todo lo contrario. La gente no queremos la blandura kitsch de Port Aventura o Terra Mítica, sino "emociones fuertes", y el desierto radiactivo de Palomares se ha revelado como el mayor atractivo turístico del desmitificado Mediterráneo.

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