"... “Se vigilaba en España suficientemente” fue la siguiente cuestión que
se le planteó (a Eduard Rodríguez Farré). Su respuesta: “Es una buena pregunta. Los pesqueros
españoles faenan desde el polo norte al polo sur. Incluso muchos
pesqueros que son gallegos, por ejemplo, no están matriculados en
España, sino en el Reino Unido o en Argentina. Por lo tanto, ¿de dónde
viene el pescado?”
Había, además, un problema que le había
indignado especialmente: la Unión Europea, tras el accidente de
Fukushima, había vuelto a subir los niveles de radiación permitidos en
los alimentos “mediante la reactivación de un decreto que se promulgó
poco después de Chernóbil”. Quedaban anulados con ello los niveles que
se habían aprobado en 2006 y se aceptaban “unos niveles de radiactividad
tres veces superiores en la leche, o aún más en muchos productos
alimenticios vegetales o animales”.
Lo anterior había sido
aprobado por la Comisión Europea, no desde los organismos de Sanidad. Un
ejemplo que valía la pena tener en cuenta: “yo [ERF] estoy en el comité
científico de nuevos riesgos para la salud de la Unión Europea y no nos
han dejado decir nada sobre este tema, se lo ha guisado y se lo ha
comido el comité de radioprotección que está directamente ligado a
EURATOM”. Es decir, la decisión de estos umbrales de seguridad estaba en
manos, sigue estando en manos de ingenieros, físicos nucleares,
vinculados a la industria..."
Leído aquí.
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