Dos robustos caballos y un carro lento, esto o algo más
en la calle bajo mi ventana
es ese ruido.
Pronto será de noche; veo que me contempla aún un frontón
lleno de estatuas mutiladas.
¿Cuánto pesan las estatuas?
Prefiero una gota de sangre a un vaso de tinta.
Londres, verano de 1933.
Yorgos Seferis/ Pedro Bádenas de la Peña
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