15.3.14

SÁBADO, DE NOTAS A UNA SEMANA, DE SEFERIS

SÁBADO

- No he olvidado nada
todo está en su sitio, en orden, colocado
en espera de que la mano escoja,
no he podido, tan sólo, hallar los sueños infantiles
ni el lugar en que nació el héroe del drama
ni las primeras impresiones,
aquellas que evoca en el quinto acto,
en la cima de la desgracia.
Todo lo demás está ahí, en orden:
las máscaras de los tres sentimientos principales
y de los que hay por medio,
las vestiduras con sus pliegues listos para moverse,
los telones, las luces,
los hijos muertos de Medea,
el veneno y el puñal.
Dentro de esta caja está la vida cuando empieza a volverse
     insoportable,
si escuchas con atención podrás oír cómo respira;
cuidado, no la abras antes de que silben las Euménides.
Este vidrio encierra el amor del cuerpo
y este otro, azul, el amor del alma;
cuidado no los confundas.
En este cajón está la túnica de Neso
- acto quinto, escena tercera-
recuerdas que las palabras comienzan:
"¡Acabe ya mi vida, ay, ay!"
Aquí está la trompeta que derriba el palacio
mientras aparece la reina con toda su iniquidad,
éste es el interruptor de los micrófonos,
hasta el fin del mundo podría oírte.
¡Adelante! ¡Luz! ¡Buena suerte!

- Un momento, ¿quién voy a ser?, ¿a quién voy a matar?
Y esta gente que está mirándome
¿cómo se va a creer que me protege la justicia?
¿cómo va a creérselo?
¡Oh, si pudieramos amar
al menos como la abejas,
no como las palomas,
al menos como las caracolas,
no como las sirenas,
al menos como las hormigas, 
no como los plátanos...
Pero no los ves ¡están todos ciegos!
Duermen los ciegos...

- ¡Maravilloso!, puedes continuar.


Yorgos Seferis/ Pedro Bádenas de la Peña

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