7.5.14

EN LAS AFUERAS DE KIRENIA, DE DIARIO DE A BORDO III, DE SEFERIS

EN LAS AFUERAS DE KIRENIA

(Borrador de un idilio).


But I'm dying and done for
What on earth was all the fun for?
For God's sake keep that sunlight out of sight.

John Betjeman.


Homer's world, not ours.

W. H. Auden.
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-Le envié un telegrama con flores.
-¿Whisky o Gin?
-Hoy son sus bodas de plata.
-Cuidado,
no le salte el perro a su vestido;
podría manchárselo; lo tienen suelto; es cariñoso.

-Ginebra, por favor. Ahora vive en Kent. Siempre la recordaré en la iglesia. Al salir llovía; una banda tocaba en la acera; creo que del Ejército de Salvación.
-Días de Mayo, el año de la gran huelga.

-No teníamos ni periódicos.
-Mire la montaña; 
cuando se ponga el sol estará serena y de un solo color. 
Eso es San Hilarión. Me gusta más con luna.
-Dicen que hay un fantasma que se pasea con el farol apagado.
-¿En San Hilarión?
-No, en su casa de Kent.
-Aquí iría mejor el fantasma. En ocasiones, -no sé como 
explicarlo-, el recuerdo bajo esta luz 
se vuelve más duro, como una pasta 
endurecida por el sol...
-¿Una pasta de qué? 
Yo también tengo jaquecas.
-¿Conoce usted al poeta,
llamémosmo así, que estuvo aquí el mes pasado?
Al afecto lo llama líbido subyacente;
algo muy original; nadie sabe
lo que quiere decir; es un cínico y un helenófilo.

-Un snob introvertido.
-Algo divertido; ahora toma las aguas.
-En Italia, según he oído.
-Sí, en un balneario. 
Dice que sirven para el vigor sexual.
Le di una recomendación para Horacio, en Roma.

-Muy imprudente ¿por qué se la diste?
-De verdad, por qué?
Tal vez a nuestra edad se vuelve uno complaciente,
tal vez necesite huir de mi propia vulgaridad,
tal vez esta isla haga impacto en mí como un meteorito de 
     otro mundo.
-Te has vuelto una melancólica, Margarita, pero es tan hermosa;
el sol, el mar: un verano perpetuo...
-¡Ah, esta vista!
que todo lo inquiere, que todo lo inquiere. Fíjate,
     a veces en el espejo,
cómo amortaja nuestro rostro. Y en ese sol ladrón,
cómo nos roba cada mañana el maquillaje. Yo preferiría
el calor del sol sin sol; yo desearía con locura
un mar que no desnudara; un azul sin voz,
sin este impertinente interrogante cotidiano.
Ansiaría el sosiego de la callada caricia de la niebla
en las orillas del sueño.
Este mundo no es el nuestro, es el de Homero,
la mejor frase que he oido para este lugar.
¡Tranquilo, Rex!
-Gracias, no te molestes,
conozco el camino. Quisiera pronto tela,
cuarenta codos de dril, para Banayí, nuestro jardinero.
¡Increíble!, necesita tanto, dice, para unas calzas...
Mientras hablaba me acordaba de Bill, un sábado, en barca
por el Támesis... Estuve mirando su foulard toda la tarde.
Remaba y, mientras, silbaba Díselo con ukelele.
¿Qué pasó entonces?...
-Lo mataron en Creta.
-Guapo, muy guapo... La espero a usted el martes...
El Támesis discurría sereno entre las sombras...
     Felices sueños.
-Lástima que no pueda quedarse a cenar."


Yorgos Seferis/ Pedro Bádenas de la Peña.

2 comentarios:

Mertxe dijo...

«Chipre fue el descubrimiento de un mundo, a la vez que la experiencia de un drama humano que mide y enjuicia nuestra propia dimensión humana", leo en un documento que me he agenciado para refrescarme la memoria sobre el poeta. Es curioso cómo una tierra puede subyugarnos, aunque no sea la nuestra, aunque nada supiéramos de ella hasta el momento de descubrirla, de pronto, en un recodo de nuestra vida. Y más adelante dice: «Chipre es un lugar donde el milagro funciona todavía", y lo dice porque la isla le ha salvado del desarraigo.

Por cierto, leyendo esta prosa me parecía leer a Virginia Woolf. Es ese tipo de conversación que se desgrana descuidadamente, cada interlocutor a su aire...

Glo dijo...

Esas maneras casan muy bien, además, tanto con la sicología de los británicos como con el ensimismamiento en el que nos vamos sumiendo con el tiempo...