"En su nomento esa fantasía sirvió para fomentar el apoyo popular a algunas políticas e inversiones en EE.UU. Y también es la culminación del sinsentido en el que nos embarcamos desde que Juan Sebastián Elcano dejó sentado que esta bola de tierra es todo lo que hay, y que ella supone nuestra única realidad posible. Entonces todas las sociedades se lanzaron a la furiosa empresa de hacerse lo más rapidamente posible con el mayor número de territorios posible. No hubo detenimiento ni reflexión sobre la finitud de la realidad, sino una huida desesperada hacia delante. Y finalmente, a algún iluminado se le ocurrió que todo el tinglado necesitaba de la posibilidad de expandirse hasta el infinito para poder seguir funcionando... y nacieron la ciencia ficción y la ficción ciencia. Pero no eran más que bellas, esperanzadoras ilusiones. Y los sicópatas que llevan nuestras riendas siguen pensando: "después de mí, el diluvio."
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