19.2.22

EL CINE DE CUANDO ERA NIÑO


Este recurso de fotografiar a contraluz con el auxilio de un espejo me hace recordar el cine que veía cuando era niño. Fue un cine que seguía ya otros paradigmas que las grandes producciones inmediatamente anteriores. En parte eran películas para televisión, de bajo presupuesto, rodadas en exteriores, con pocos recursos, por lo que muchos veces la luz intensa quemaba la fotografía, si no es que se rodaba de noche (algo que siempre he odiado). En los cines de barrio desapareció todo rastro de buena calidad de antaño, y apareció este nuevo cine en un color que aún no controlaban bien, en el que se rodaban escenas sangrientas para impresionar al público. Fue una etapa decepcionante de la que hoy apenas se recuerdan algunos títulos... y gracias. Y la televisión no era mejor, ni mucho menos: los espectadores teníamos que soportar decenas de minutos de basura en forma de anuncios, y los consecuentes cortes para que la sesión no se eternizara. No eran pocas las ocasiones en las que la trama perdía sentido sin sus partes esenciales. Pero para el público, ignorantes como éramos, eso era un inconveniente inapreciable (Compruébese la degradación causada por los cortes en la versión completa de películas como Asesinato por decreto, o la escabechina causada en la película original por el promotor de Lola Montes).

Fue con la llegada de internet y el acceso a material antes controlado por el mercado, que empecé a disfrutar de un cine que desconocía. Durante valiosísimos años, y hasta ahora, he podido disfrutar, no sólo de lo mejor del cine de siempre, sino de sus bandas sonoras musicales, de las versiones originales, de las valoraciones de la crítica, etc. Un paraíso en comparación con la mezquindad de antaño.

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