Me interesa mucho menos la pintura que el tema del infierno, que aquí es representado como un paraje no distinto de los del mundo de los vivos. Las almas eran agrupadas, según su calidad, en distintos lugares, pero dichos lugares se diferenciaban poco, salvo el Tártaro, que era un pozo oscuro.
Parecería que el reino de los muertos (que era también el de los dioses primigenios), fuera, en realidad, una región aparte, más que un mundo subterráneo (a excepción del Tártaro).
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