Hoy me he animado a escuchar por primera vez la ópera Daphne, de Richard Strauss. La tenía desde Navidades de este año, pero me daba una pereza tremenda desprecintarla. Y es que no hay obra clásica que no me cueste varias audiciones que me llegue a gustar (bueno, a excepción de Shostakovich). Como anécdota paradójica citaré que Benjamin Britten aconsejaba escuchar "varias veces" las obras de, precisamente, Dimitri Shostakovich, a los críticos de la época que arremetían contra el compositor ruso. Un consejo que, en boca de un gran músico que habla a un público entendido, sorprende por su sencillez. Yo ya venía aplicándome ese consejo desde la noche de mis tiempos (¡qué otro remedio me quedaba!), y siempre he envidiado a quienes son capaces de acudir a un estreno, o a la representación de una obra que no conocen, y disfrutar.
Pues bien, aquí estoy envuelto en la maravillosa voz de Renee Fleming (por quien compré la obra, de la que no tenía referencia alguna, y de la que incluso desconocía su existencia), dirigida por Semyon Bychkov. De la música de Richard Strauss espero que sea de calidad. Si compré una obra menor de un autor menor (Strauss decía de sí mismo que "no seré un compositor de primera fila, pero sí de primera clase"), fue precisamente porque suele ser en ellas en las que me sorprendo más a gusto. De joven me hubiese ruborizado al considerar si ese gusto no será, en el fondo, un cierto "esnobismo"; la búsqueda de "algo raro" para sentirme menos vulgar... Pero la falta de "galería" ante la que posar, y el placer que me proporciona mi búsqueda, me han ido disuadiendo de esa idea. No obstante, si me engañara y algo de ese "esnobismo" hubiese, sería bienvenido por redundar en un placer que no perjudica a nadie.
Pues bien, aquí estoy envuelto en la maravillosa voz de Renee Fleming (por quien compré la obra, de la que no tenía referencia alguna, y de la que incluso desconocía su existencia), dirigida por Semyon Bychkov. De la música de Richard Strauss espero que sea de calidad. Si compré una obra menor de un autor menor (Strauss decía de sí mismo que "no seré un compositor de primera fila, pero sí de primera clase"), fue precisamente porque suele ser en ellas en las que me sorprendo más a gusto. De joven me hubiese ruborizado al considerar si ese gusto no será, en el fondo, un cierto "esnobismo"; la búsqueda de "algo raro" para sentirme menos vulgar... Pero la falta de "galería" ante la que posar, y el placer que me proporciona mi búsqueda, me han ido disuadiendo de esa idea. No obstante, si me engañara y algo de ese "esnobismo" hubiese, sería bienvenido por redundar en un placer que no perjudica a nadie.
3 comentarios:
Ya veo, le hacía una pregunta en mi casita pero veo que la respuesta está aquí.
Cuando estaba en la facultad mi profe de cine nos decía que para ver bien un film había que visionarlo 10 veces.
Hay obras –musicales, literarias, etc- que son como el chicle, las pones la primera vez, hacen gracia pero en seguida pierden en sabor y uno va a otra. Con la música me pasa esto que usted dice pero solo en aquellos autores realmente buenos, si te emociona la primera vez o es “chicle” o es realmente bueno, las que van entrado poco a poco en cada audición, esas son las fundamentales. Hace unos meses he vuelto a revisar dos autores uno que tenía un poco olvidado en su tiempo real y el segundo que nunca me había entrado con facilidad. Le hablo de Nick Cave y de John Coltrane. El primero porque me faltaban –e incluso desconocía- alguno de sus discos, el segundo porque tiene un abanico de registros tan grande que es fácil perderse.
Si no conoce la obra de Coltrane le invito a que pruebe con Blue Train, Traneing In o The Pianists´Touch. A la primera no entraran seguro, pero si lo hacen ya no la abandonaran.
De Cave le recomiendo The Good Son, el imprescindible No More Shall We Part, Abbatoir Blues y por supuesto Nocturama. Ya me dirá.
Y creo que con el tiempo pueden llegar a la categoría de un Strauss.
Muchísimas gracias por las sugerencias. Provienen de alguien que se nota que las conoce y disfruta con ellas, y eso tiene un inestimable valor para mí.
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