Los veía desde la calle, un poco más arriba del sitio en el que me encontraba, pero intuí que iba a encontrar dificultades para salvar aquella poca distancia. El primer tramo era fácil: unos pocos peldaños desde la acera, y se encontraba uno en un rellano embarrado por pisadas.
Alguien había removido la lengua de tierra que ascendía y sembrado en ella hierba que apenas había comenzado a nacer. Se notaba la tierra saturada de agua, y con un poco de atención, se apreciaba una ligera corriente. Tras dar algunos pasos noté que, de continuar, habría comenzado apegarse barro a mis suelas.
Subí caminando sobre el borde, donde las plantas estaban ya crecidas, pero la tierra floja y empapada me cerró pronto el paso. No podía llegar a los juegos de niños, así que di media vuelta y volví sobre mis pasos, dando por fracasada la empresa.
5 comentarios:
No llegaste pero fuiste niño todo el trayeco...
NiñoGlo!
besitos
quise decir;trayecto.
En cualquier caso, ha sido un buen paseo por tus letras e imágenes, mi hermoso Glo.
Es verdad, Lena.
:)
Gracias, Mertxe.
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