Mundaka es la representación de la idea que de la Costa Brava me dejaron las fotos de mis libros de texto infantiles. Aquellas rocas que se "arremangaban" la garriga y los pinos de Halepo para, desnudas, hundirse en el mar tranquilo y transparente. Era aquel uno de mis "Mediterráneos", ya que después vivieron otros, como el que se encuentra descendiendo el Ebro, o el que me llegó de la mano de los poetas (no sólo de las letras) a quienes inspiró, como Le Corbusier o Matisse. Sé que esta luz no es aquella luz, ni tampoco son iguales la lluvia o el olor del mar. Pero esas diferencias apenas estorban la evocación.
2 comentarios:
Vi las fotos esta mañana, sin tiempo de comentar...y me quedé maravillada con ellas.
Ahora leo tu texto y me voy con una sonrisa de deleite.
Escribe más que me encanta leerte...aún recuerdo entradas memorables...alguna de mapas, otras de Pessoa...
Un beso, Glo Querido...
Un gran abrazo, Lena.
Muchísimas gracias.
:)
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