Los habitantes de Itzea, que siempre me han procurado buenos momentos con sus obras, no me han decepcionado en esta ocasión con las memorias tituladas "Los Baroja", obra de Julio Caro Baroja. (Mientras escribo, encuentro en la red otro libro de su hermano, Pío, y pienso que la herencia del tío de ambos está dando bastante de sí).
En seguida me atrajo la manera de escribir, que me recordó la de Pío Baroja, aunque la abundancia de datos y la repetición de la forma de exponerlos hace la lectura algo pesada. Con Don Pío como referencia, he tenido que hacer el esfuerzo de considerar que lo que estaba leyendo no era una ficción. Y es que tanto tío como sobrino gustan no solamente de resumir situaciones en pocas palabras, sino también la forma de ser y la vida de las personas, lo que a mi entender caracteriza la obra de ambos y aproxima los personajes de ficción de uno y los reales de otro.
Pero han sido otros aspectos de esa obra los que me han interesado más. Acostumbrado a ese lamentable interés por hacer que la historia de este país comience en la segunda república, he agradecido una visión más "continua" (a mi entender más real), que además no está estructurada por una ideología política. El autor consigue mantenerse ecuánime, aunque sea a costa de instalarse en un escepticismo que parece ser parte esencial del carácter de la familia.
Voy a considerar embarcarme en segunda lectura del libro. Me anima sentirme identificado con algunas de sus opiniones, y que alguna frase suya, como ésta (que yo aplico a mis convicciones estéticas), me haya dado no poco qué pensar: "... fue por aquel entonces que las cosas empezaron a dejar de "estar vigentes"..."
2 comentarios:
Sí, parece ser un rasgo familiar eso de escribir así como a gran velocidad. Decir lo que hay que decir, conseguir el impacto visual necesario para que el lector se implique en la narrativa. Yo también adoro a Baroja, al Baroja I, Rey Indiscutible de la Sinceridad Literaria. A Julio le he leído muy poco, seguramente he sido injusta, pero ésta es la verdad, a qué negarla: que prefiero el patrón a los marineros.
Es lógico que así sea. Al fin y al cabo Julio Caro Baroja es, fundamentalmente, un ensayista.
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