Ayer fuimos con los niños a la tranquila playa de Mundaka. Se notaba la proximidad de Bermeo porque, en cuanto los bañistas empezaron a marcharse, llegaron las gaviotas a picotear lo que habían dejado. Eran pájaros medianos, muy blancos, que parecían artificiales cuando flotaban en el agua. Sobre la arena caminaban muy tiesas, con paso rápido y menudo, mientras miraban para todos lados con gran atención. Animaban la playa vacía con sus movimientos acompasados, sus chillidos y su gresca.
2 comentarios:
Esta mañana en Torremolinos no quedaba sitio ni para un gorrión. Fui a almorzar, pero aquello era una verdadera barahúnda.
Saludos.
Mundaka tiene un servicio de bote a los extensos arenales del otro lado de la ría, así que su playa queda reservada a los pocos que nos conformamos con ese poco de arena.
Publicar un comentario