Valga la mezcla de términos para definir el jardín de este antiguo convento de la Esperanza de Bilbao. Porque cigarral es un término que no se utiliza en Bilbao y que designa cada una de las fincas de esparcimiento, y los edificios levantados en ellas, que se encuentran en la ladera situada frente a Toledo, al otro lado del Tajo, con vistas de la antigua capital.
El hallazgo de este jardín ha sido una sorpresa para mí, y bien se podría referir uno al mismo cantando aquella bilbainada: "... Hay un paraje en Bilbao, no dais con él, no dais con él..."
Porque nadie podría sospechar de su existencia caminando por el Casco Viejo de la villa.
Todo un lujo para quienes tenemos el privilegio de poder utilizarlo, ya que es privado.
Un rincón costanero, de sorprendente paz, en el bullicio del entorno del ascensor de Begoña y de las estaciones de tren y metro.
Aquí me siento en los descansos entre clase y clase a escuchar el canto de los petirrojos,
y el rumor del arroyo que discurre bajo esta escalinata.
6 comentarios:
Sí que tienen encanto estos lugares escondidos. Si no estoy equivocado suelen ser pertenecidos de conventos. Me ha parecido ver algún otro en Bilbao.
Bilbao es un lugar lleno de sorpresas como ésta y otras parecidas. La difícil orografía ha obligado a soluciones de lo más curioso y a contigüidades de lo más extraño.
Hay rincones que salvo los muy callejeros conocen, en mi época del taxi, hablaba de sitios a la gente que no tenía ni idea.
Buenas fotos.
Saludos.
Hermosas fotos...
Un abrazo
Yeli
La última fotografía parece esperar a Jane Eyre. Romanticismo puro. ¡Me encanta!
Gracias, nómada.
Gracias por tu visita, Yeli.
Gracias, Mertxe, aunque ahora esté lejos de todo sentimiento romántico.
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