21.10.09

OTOÑO VITORIANO



Vitoria es una ciudad pequeña, pero todo allí me parece grande: los jardines, las avenidas... incluso los cafés de barrio, en los que las voces de los parroquianos reverberan como en una cueva.



Los vitorianos disfrutan de parques extensos, llanos y bien cuidados... que intentan compensar el frío que padecen casi todo el año.

Esta ciudad se parece mucho a Pamplona, aunque sin murallas: ambas están a parecida altitud, en el centro de una cuenca que desciende suavemente hacia el soroeste; ambas en la vertiente mediterránea de la cordillera Cantábrica pero todavía influidas por el océano...



En mi viaje de ayer tomé algunas fotos. Entre ellas este "cactálogo".

Al volver llovía con fuerza. Encontré niebla en el puerto de Barazar, aunque por suerte desapareció en pocos kilómetros. Las gotas que caían de los árboles golpeaban la chapa del coche. Quizá entre ellas había también alguna bellota.

5 comentarios:

Vergónides de Coock dijo...

Qué bella ciudad. Suerte.

Nómada planetario dijo...

En qué bar de nuestro solar patrio no se habla a grito pelado.
Unas fotos inquietantes.
Saludos.

Glo dijo...

Gracias por tu visita y tu comentario, Basurero Usurero.

Glo dijo...

No es que allí se hablara alto, sino que aquel local grande y desangelado nos devolvía la voz de los que estábamos, que no éramos pocos, multiplicada.

Un abrazo, nómada.

Mertxe dijo...

Álava es mi gran desconocida. En Vitoria he estado varias veces, pero con la vista enfocando sidrerías y sitios así de alimenticios. Poco tiempo para saborear su atmósfera, pocas ganas (por entonces las ganas andaban muy desganadas), así que algún día repararé mis yerros. Algún día...