8.6.10

CAMINO UGASCO



Aparco en el centro. He llegado pronto y tengo que esperar dos horas. Me acerco hasta un parquímetro municipal pero al ver que con la calderilla que llevo no me llega, hago memoria de mis tiempos de oficinista en Deusto y recuerdo un lugar apartado donde se puede disfrutar de la primavera sin ir muy lejos. Cruzo el puente de Deusto, atravieso la maraña de viales de los túneles de Artxanda y termino en el camino Ugasco. Esta carretera, de fuerte pendiente, llega hasta una residencia de estudiantes extranjeros que, como jóvenes, son los únicos con ánimo suficiente para trepar por él a todas horas. En la residencia se interrumpe el paso para los coches, así que entre eso y la pendiente, casi nadie lo utiliza.



Allí encuentro el catálogo de plantas de esta primavera en todo su esplendor: pocas flores y muchas hojas muy verdes.



Una robinia, que ahora se ha convertido en un "enemigo público". Pero ya se sabe que a la administración pública le gusta eso de promover campañas inútiles y estúpidas, como las de "concienciación contra los incendios"; como si el fuego no fuera un fenómeno natural y el monte no ardiera sin la intervención humana. Paradójicamente, es la administración pública la única que sigue plantando acacias en las obras públicas, y la única que mantiene en esas mismas zonas verdes, kilométricos "cultivos" de cortaderia. Porque los particulares no suelen consentir la competencia de esa especie en sus propiedades.





Abundan los helechos, que colonizan los prados en cuanto se abandonan. Este es de los que más me gustan, por su aspecto "primitivo".



Pero éste es el más abundante. Son poco queridos por su carácter invasor y porque no gustan como alimento a ningún herbívoro. Existían cuando todavía no había animales comedores de plantas, y helechos y animales se ignoran mutuamente. En otoño mueren y tiñen de color pardo anaranjado las laderas de Artxanda.



Saúco. Otra de las plantas más adundantes.



Los "pegotes". Las blandas espinas de las flores de este cardo, terminan en un "ganchito". De niños nos los tirábamos porque se adherían a la ropa.





Cola de caballo, de aspecto primitivo también. Es una de esas plantas que incluyen en las representaciones del Carbonífero.



Menta.

2 comentarios:

Mertxe dijo...

Ya me he guardado las plantitas y, con la ayuda de la Encarta, informado de sus características.

Tu paseo me ha relajado como si fuera mío.

(Sigo bajando...)

Glo dijo...

Hoy ha llovido torrencialmente, así que en pocos días ese mismo lugar tendrá el aspecto de una selva ecuatorial.