Las ovejas corrían a la sombra.
Corpulentas hayas rojas en el parque del ayuntamiento.
Hace falta mucha energía para formar esta barra de grava.
Paisaje de la Cuadra difuminado por la calima.
El tren, impasible, abandona el apeadero. Tras su paso deja un rastro de ruidos metálicos en los raíles.
4 comentarios:
Muy bien ilustrado el paseo por esa localidad. Se ve que el calor apretaba.
Un abrazo.
Las apreturas del calor duraron poco. Después se nubló y a partir de entonces, y por unos días, una capota de nubes se "instaló" sobre nosotros, dejando caer, de vez en cuando, alguna tromba que nos hizo pensar que el sol se había puesto a las cuatro de la tarde. Hoy, nuestra particular estrella amarilla luce de nuevo, pero el Noroeste se ve blanco desde mi ventana.
Un saludo, nómada.
Un hermosos paseo, sí. Por aquí empezamos a sudar. La humedadlo invade todo, cuesta desplazarse por las calles, pero lo más agobiante es mirar el cielo y verlo tan turbio...
Un saludo, Mertxe.
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