He encontrado alguna relación formal entre estos dos estupendos cuadros. Especialmente en las figuras inferiores. No sería extraña la divertida ironía de que "la alegría de vivir" se basara en "el triunfo de la muerte".
Días atrás anduve, del brazo de Cioran, considerando ambas cosas. Que a lo mejor (o a lo peor) son la misma cosa. En su Breviario la vida es un enigma y la muerte es lo exacto. Hay un párrafo en el se acerca muchísimo a lo que dices. Te lo transcribo: "Nos aferramos a los días porque el deseo de morir es demasiado lógico, por tanto ineficaz." Me parece una exageración (o eso quiero pensar, después de todo ¿qué sabemos de nosotros mismos?), y entonces me viene a la cabeza algo muy analgésico, los versos de la segunda estrofa del Psalmo II, de Brjornstjerne Bjornson, que vienen a decir: "¡Alégrate tú que tuviste la suerte de participar | como flor en su primer abril | y, en honor a lo eterno, el día disfrutar | como ser humano | poner tu grano | en la tarea de la eternidad; |pequeño y débil inhalarás | un único soplo | del día que no acaba jamás!"
Nacemos inmortales y la conciencia de la muerte aparece en un momento dado y nos invade progresivamente. La muerte condiciona nuestra vida, pero más lo hace el sufrimiento, y Cioran parece haber sido todo sufrimiento. Si fueramos inmortales (con ello fantasea Borges) creo que haríamos casi lo mismo que sabiendo que vamos a morir.
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Días atrás anduve, del brazo de Cioran, considerando ambas cosas. Que a lo mejor (o a lo peor) son la misma cosa. En su Breviario la vida es un enigma y la muerte es lo exacto. Hay un párrafo en el se acerca muchísimo a lo que dices. Te lo transcribo: "Nos aferramos a los días porque el deseo de morir es demasiado lógico, por tanto ineficaz." Me parece una exageración (o eso quiero pensar, después de todo ¿qué sabemos de nosotros mismos?), y entonces me viene a la cabeza algo muy analgésico, los versos de la segunda estrofa del Psalmo II, de Brjornstjerne Bjornson, que vienen a decir: "¡Alégrate tú que tuviste la suerte de participar | como flor en su primer abril | y, en honor a lo eterno, el día disfrutar | como ser humano | poner tu grano | en la tarea de la eternidad; |pequeño y débil inhalarás | un único soplo | del día que no acaba jamás!"
Nacemos inmortales y la conciencia de la muerte aparece en un momento dado y nos invade progresivamente. La muerte condiciona nuestra vida, pero más lo hace el sufrimiento, y Cioran parece haber sido todo sufrimiento. Si fueramos inmortales (con ello fantasea Borges) creo que haríamos casi lo mismo que sabiendo que vamos a morir.
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