Ayer me quedé estupefacto al ver en un vídeo que la gente corriente visita Chernobil por turismo. Familias sonrientes, grupos de amigos (haciendo la ola) y equipos de ejecutivos trajeados se fotografían delante del reactor igual que podrían hacerlo delante de la torre Eiffel o del Coliseo. Menos mal que a esos majaderos no se les permite entrar con niños... Todavía.
Aquí, la página web de uno de los organizadores de los eventos.
Esto me ha producirdo un profundo pesar. Es poco probable que no estén informados, pero parecen no darse cuenta del peligro. O lo asumen como una diversión excitante. Lo más probable es que la información que tienen sea incompleta. Creen que todos los peligros son iguales. Que es lo mismo fiarse de la seguridad de los mecanismos de una montaña rusa que fiarse de que una dosis de radiación no les provocará cáncer. La diferencia es que, al bajar de la montaña rusa termina el peligro, mientras que en el caso de la excursión, el riesgo continúa después.
Esto me ha producirdo un profundo pesar. Es poco probable que no estén informados, pero parecen no darse cuenta del peligro. O lo asumen como una diversión excitante. Lo más probable es que la información que tienen sea incompleta. Creen que todos los peligros son iguales. Que es lo mismo fiarse de la seguridad de los mecanismos de una montaña rusa que fiarse de que una dosis de radiación no les provocará cáncer. La diferencia es que, al bajar de la montaña rusa termina el peligro, mientras que en el caso de la excursión, el riesgo continúa después.
3 comentarios:
Pasaron hace unas semanas el reportaje. Creo que fue en La 2... En fin, que yo también me quedé como tú, absolutamente pasamada. Y, la verdad, todavía o sé de dónde saco esta capacidad de sorpresa. Ya debería estar de vuelta de tantas cosas. Como no vaya en proporción directa con la majadería que es infinita, por lo tanto inagotable...
Pasmada...
Creo que es bueno pasmarse con ésto y ahora.
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