EL TOPO

Parece fácil, pero no lo es tanto. La cámara, el trípode, montarlos en la oscuridad... Y si no se tiene mucha cachaza, tampoco resulta fácil pasar de los que se hayan dado cuenta de lo que estamos haciendo. Sin confundirlos, eso sí, con los acomodadores-merodeadores.

La sesión de hoy no ha sido de las mejores. A mitad de película he tenido que ocultar la cámara, y varias veces he perdido el encuadre. Aunque ya sabemos que, en el mejor de los casos, lo obtenido es una imagen mediocre, borrosa y mal de color, y un sonido con eco. Pero es lo que hay.

Tampoco es que se gane mucho. Ya no es como antes. Pero al menos disfruto pensando (y espero que alguien más lo haga), que esta sesión de hoy es la más coherente de toda mi "carrera profesional": grabar furtivamente, precisamente, una película de espías... Engañar a la industria que sirve fielmente a su sistema creando mitos. Ese sistema por cuya corrupción se hará de pago la sanidad pública y quedaremos todos sin jubilación. Que les den.

Y la peli, muy buena. Después de verla he llegado a la conclusión de que lo importante no es que sospechemos, o incluso que tengamos la certeza de cómo funcionan las cosas, sino que no tengamos alternativa. En definitiva, que lo que nos echen, comeremos.