1/03/2012

TRAGANDO

Tiendo siempre a ver las cosas negras, pero en todo hay quien le gana a uno. Mi pariente X, metido en política hasta las trancas, gusta de la realidad poco hecha, sangrante, y servida sin aderezos. En una de nuestras comidas navideñas, insistió en que la única realidad es la que nos muestra Coppola en su saga de "El padrino". El primer plato fue nuestro príncipe, quien al parecer ha decidido, con el caso Urdangarín, quitar de enmedio alguna posible competencia en su camino a la corona, aunque sin derramar más sangre de la ya derramada y maquillada de accidente deportivo... El segundo plato fue doble, protagonizado, en tandem, por la corona del Reino Unido, que tampoco tuvo que mancharse las manos en el caso de la muerte de Lady Di, gracias a la impecable mediación de 007, y la casa real de Mónaco, cuyos negocios hicieron caer en el alcoholismo a Gracia, quien finalmente fue el trágico objeto de alguna "advertencia" relacionada con los negocios de "la familia"... El postre llegó de la mano del gobierno de Pekín, que invierte discreta y generosamente en nuestro país, igual que ya lleva tiempo haciendo en África, por motivos que prefirió sugerir tan solo, calificándolos de "inquietantes".

Por suerte, X no fue nuestro cocinero estas Navidades.

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