En primavera la playa de Laredo tiene un sorprendente y maravilloso aroma a vainilla. Creo que lo producen las grandes flores magenta de la uña de gato (Carpobrutus edulis), quizá en combinación con alguna otra planta.
Hoy la brisa era suave y tibia, y la luz, brillante. En el puntal encontre más gente mirando, desde el coche, el ir y venir de los barcos de pesca, agradable referencia en este vasto paisaje sin escala.
Estamos fuera de temporada y la ciudad tiene un aire irreal, como fuera del tiempo. Baste decir que se puede aparcar ante de la puerta del edificio al que uno va, experiencia ciertamente desconcertante para un conductor urbanita.
2 comentarios:
Maravillosas fotografías. Me han abierto los pulmones. Me han abierto el día.
(Desciendo...)
Este formato es mucho mejor para las fotos.
Gracias, y un saludo, Mertxe.
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