Estas palabras parecen no tener mucho sentido porque uno piensa en el mar como el destino último del agua, del que sólo puede escapar evaporándose. ¿No será que nos estamos refiriendo a un gran lago? Bueno, la diferencia entre un lago y un mar, con independencia de su tamaño, suele ser la cantidad de sal que contiene el agua. Un mar suele ser siempre de agua salada, aunque si sus dimensiones son reducidas, una masa salada y una dulce pueden denominarse tanto lago como mar. Así, el de Utah es un lago salado, mientras que el lago Tiberíades, por ejemplo, también es llamado mar de Galilea.
Un mar sin desagüe se convierte, tarde o temprano, en una estéril salmuera, o incluso en un salar. De este tipo de accidentes geográficos tenemos muchos ejemplos, empezando por los lagos de salmuera (agua muy salada) como el arriba mencionado Lago Salado, o el Mar Muerto. Los salares (grandes extensiones normalmente secas, que sólo se inundan de vez en cuando) también son abundantes y conocidos, como el de Uyuni o el famoso de Bonneville.
Pero la manera más normal de que un mar desagüe es a nivel, en otro mar o en un océano. Entonces, más que un desagüe, se produce un intercambio, que si es eficiente mantiene vivo el mar, como es el caso del Mediterráneo, y si no lo es, puede dar lugar a un caso como el del mar Negro, cuyo fondo está envenenado por falta de circulación entre las aguas superficiales (levemente salinas y oxigenadas) y las profundas (más saladas y faltas de oxígeno).
Finalmente, encontramos los casos más peculiares de desagüe de un mar en dos ejemplos: uno, natural, y otro, artificial. El primero es el mar Caspio, que ha conseguido mantenerse "con vida" hasta hoy gracias a que consigue evacuar el exceso de sal, a través de un pequeño paso ("la boca negra"), a un relativamente pequeño lago salado, donde el agua se evapora y donde se acumula la sal. La intensa evaporación y la diferente salinidad, hacen que la corriente se desplace siempre desde el mar Caspio hacia el lago salado, lo que permite que los niveles de sal en el mar sean tolerables para la vida. Al parecer los peces que son arrastrados por esta corriente perecen, como si cayeran en un abismo, en el nuevo entorno excesivamente salino.
En segundo caso es el del mar de Aral, que ya mencioné en una entrada reciente. He dicho que es "artificial" porque lo que sucede en él en estos momentos es obra de los seres humanos. Como es sabido, este mar ha sufrido un proceso de desecación provocado por la interrupción de las aportaciones de sus ríos tributarios, cuyas aguas se han destinado a regar zonas antes desérticas. De este mar quedan tan sólo dos masas de agua: una en el Suroeste, y otra en el Norte. Esta última es la que nos interesa aquí.
Esa masa o mar norte se mantiene gracias a una obra de ingeniería, al parecer financiada por organizaciones internacionales. Se trata de un dique con una abertura regulable por la que rebosa parte del agua y con ella, el exceso de sal. Ese mar norte se mantiene gracias a las escasas aportaciones del río Syr Darya. ¿Adónde va el agua sobrante? Pues en gran parte se pierde en el ahora seco lecho del antiguo mar, y sólo en las épocas de más precipitaciones llega a la masa de agua sur, que está volviéndose cada vez más salina y contaminada.
Existe otro caso de un mal denominado mar, el de Galilea, que continúa conteniendo vida y siendo dulce gracias a contar con un desagüe natural que lleva el mismo nombre de su principal tributario: río Jordán. Ese tramo del río Jordán, que mantiene el mar de Galilea vivo, desemboca, finalmente, en el salinizado mar Muerto.
En general resulta más comprensible que un río desemboque en un mar o un lago que al contrario:
Desembocadura del río Jordán en el mar de Galilea.
Desembocadura del mar de Galilea en el río Jordán.
Pero quizá el caso más interesante, en tanto que puramente humano, es el del mar de Salton, en California. Creado por un accidente en un canal de río Colorado, que inundó un altiguo lago seco, el mar de Salton ha pasado por distintos momentos, desde un comienzo muy positivo, en el que se usó para fines de pesca y turísticos, a su situación actual de contaminación por pesticidas y hedor insoportable. Así que las autoridades se han visto obligadas a plantear distintos proyectos, algunos de los cuales contemplan la creación de un desagüe como los expuestos más arriba: un lago subsidiario salino adonde tienda a escapar el agua cargada de sal y tóxicos; un reducto donde el agua se evapora, formando una extensión estéril que permite que el resto de la masa se mantenga dulce.
Este es uno de los proyectos planteados para conseguir ese desagüe:
4 comentarios:
En Fuente de Piedra (Málaga) también tenemos un caso de laguna salada, debido en parteal lecho de margas yesíferas, la fuerte evaporación contribuye también.
El Mediterráneo al ritmo que lleva de vertidos, ya veremos en qué termina.
Un abrazo.
He estado estudiando esa laguna. Muy interesante. Sorprende la enorme cantidad de combinaciones de agua y sal que se encuentran en la naturaleza.
Un saludo.
Muy buen artículo, muy ameno e ilustrativo. Si me lo permite... lo comparto en menéame . Saludos Kaoporrex
Gracias, anónimo.
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