Su canto me acompañaba esta mañana mientras subía la cuesta de mi calle. Sólo su canto en la media luz azulada de la madrugada, en el viento frío, bajo el cielo anubarrado y gris.
"... En las tradiciones populares, el ruiseñor anuncia la primavera..." El encinar impenetrable, perenne, cuajado de lianas; la húmeda y sombría espesura en la que medran los helechos; la oropéndola, el ruiseñor, e incluso nosotros mismos, no somos sino el eco de un paraíso feraz, de un paraíso perdido que revive cada año en primavera.
4 comentarios:
feliz ruiseñor, Glo :-)
Gracias. Yo también deseo que seas feliz.
Si lo oyera, no sabría que es él. Pero supongo que le oído muchas veces. (Lástima no tener la agudeza de Julieta...)
Si pinchas en las dos primeras palabras de esta entrada se abre una nueva ventana en la que se oye el canto de un ruiseñor. Aunque probablemente lo que más te ayude a reconocerlo es saber que "... canta en la noche negra y sin estrellas...", y también en los extremos del día, cuando no cantan los pájaros del día, ni los de la noche. Sólo el ruiseñor. Son mágicos sus trinos solitarios, multiplicados por el eco de las hojas de los árboles, en esos momentos de silencio y calma.
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