27.6.12

ECOLOGÍA

Los problemas con nuestro entorno tienen difícil solución, primero porque cambian constantemente los criterios acerca de lo que debe hacerse. Todo el mundo recuerda el ideal de la famosa y estúpida ardillita, que cruzaba la península de copa en copa sin necesidad de tocar el suelo. Por aquel entonces, la mera labor de arbolar era ya suficiente. Y así se plantó lo primero que había a mano y crecía más deprisa; daba igual la especie. Y Tenerife se cubrió de pino de california, y los humedales de Huelva se desecaron y cubrieron de eucalipto rojo. Aún hoy, aunque las cosas de hacen con un poco más de fundamento, la ignorancia sigue estorbando la mejor voluntad.

Pero lo peor es, sin duda, que los Homo sapiens percibimos la realidad desde el mismo punto de vista de siempre. Y desde ese punto de vista el mundo es plano e infinito. Que cada uno haga honestamente la comprobación en sí mismo, en su vida cotidiana. Así que no es de extrañar que de esa manera lo perciban,e incluso lo crean a pies juntillas, los psicópatas y delincuentes que nos dirigen. Esa gente sigue pensando como en la antigüedad, y no sólo respecto a la ecología, sino respecto a todo lo demás. Seguimos haciendo la misma política que si viviéramos en la ignorancia de la Roma antigua o del antiguo Egipto.

Creo firmemente que la secuencia América-Pacifico-China hermética ha tenido una importancia definitiva y terrible para nuestra sicología de animales. Hasta el punto de hacer irrelevante el descubrimiento de la redondez del planeta. Incluso hoy, esa secuencia sigue perjudicando nuestra visión del mundo.

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