- Cuando trabajaba en la calle Alcalá de Madrid, me resultó extraño de el Banco de Santander vendiera su sede central a una cadena hotelera. Pero, ¿qué podía saber un pobre mindundi como yo? Elaboré la fantasía de que quizá el Estado obligaba a los bancos a deshacerse de parte de su patrimonio. La realidad resultó otra: el Banco de Santander sabía que iba a sobrevenir esta crisis.
- He conocido a varios cubanos residentes en España, pero ninguno saltaba de contento por encontrarse en una "democracia". La única reacción ostensible fue que una conocida se puso morada a mahonesa. Pero nada de satisfacción por haber alcanzado la libertad, ni cosas por el estilo.
Los indicios, por pequeños que sean, suministran mucha más información que todos los medios de comunicación juntos.
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