Con mucho entusiasmo abrí este libro a principios de los sesenta. Yo era muy joven entonces, estaba ávida de saber, saber de lo que fuera por crudo que fuera. En casa estábamos suscritos al Círculo de Lectores y cuando mi madre eligió Malaparte me dijo que ojito, que era muy duro. Y sí, lo fue, todavía siento el escalofrío ante la lectura de muchos pasajes. Por ejemplo, aquellos vagones de tren rellenos de carne humana que, cuando sus puertas se abrieron al final del viaje, derramaron sobre las vías una cascada de cuerpos muertos por asfixia y aplastamiento. También recuerdo la descripción -nada favorecedora- en la novela que hizo Malaparte de ese otro genio que fue Agustín de Foxá. Con 'La piel' ya no me atreví, aunque me propuse leer la novela mucho más adelante. No lo hice. La olvidé. Esta tarde me dedico a la relectura de Kaputt, a ver si encuentro algo que no vi entonces.
Yo leí primero La piel, buscando no sé bien qué. No recuerdo cómo llegó a mis manos. Lo leí rápidamente y no volví sobre él. Ayer releí un pasaje (dedicado a su perro) y no recordaba nada. Me gustó. Hay algo especial en el arte italiano (sea italiano o esté influido por él) que me fascina, como la obra de Sánchez Ferlosio, el campus de la Universidad de Navarra, o la arquitectura de Libera...
2 comentarios:
Con mucho entusiasmo abrí este libro a principios de los sesenta. Yo era muy joven entonces, estaba ávida de saber, saber de lo que fuera por crudo que fuera. En casa estábamos suscritos al Círculo de Lectores y cuando mi madre eligió Malaparte me dijo que ojito, que era muy duro. Y sí, lo fue, todavía siento el escalofrío ante la lectura de muchos pasajes. Por ejemplo, aquellos vagones de tren rellenos de carne humana que, cuando sus puertas se abrieron al final del viaje, derramaron sobre las vías una cascada de cuerpos muertos por asfixia y aplastamiento. También recuerdo la descripción -nada favorecedora- en la novela que hizo Malaparte de ese otro genio que fue Agustín de Foxá. Con 'La piel' ya no me atreví, aunque me propuse leer la novela mucho más adelante. No lo hice. La olvidé. Esta tarde me dedico a la relectura de Kaputt, a ver si encuentro algo que no vi entonces.
Yo leí primero La piel, buscando no sé bien qué. No recuerdo cómo llegó a mis manos. Lo leí rápidamente y no volví sobre él. Ayer releí un pasaje (dedicado a su perro) y no recordaba nada. Me gustó. Hay algo especial en el arte italiano (sea italiano o esté influido por él) que me fascina, como la obra de Sánchez Ferlosio, el campus de la Universidad de Navarra, o la arquitectura de Libera...
Publicar un comentario