No sabría explicarme por qué tanto me atrae y me repele este país. De joven me leí a Dostoievski, a Tolstoi, a Pasternak... yo qué sé... he puesto los más conocidos y me acuerdo muy bien del climax que solía alcanzar leyendo aquellos 'ladrillos' (nadie como un ruso para estirar la realidad). Creo que me quedé varada en la revolución bolchevique y después no he sido capaz de seguirle la pista a una literatura que, dicho sea de paso, es muy suya, muy 'endogámica'.
Yo no he leído mucho a los rusos. Me gusta entretenerme en la media ladera, sin abordar las cumbres, así que, en lugar de atacar los venerandos e imponentes ladrillos de los grandes, sólo he leído algo de teatro y algún cuento de Chejov. En cambio, el constructivismo ruso me resultó fascinante. No digamos los compositores decimonónicos. Y especialmente querido me resulta el cine de Tarkovsky.
2 comentarios:
No sabría explicarme por qué tanto me atrae y me repele este país. De joven me leí a Dostoievski, a Tolstoi, a Pasternak... yo qué sé... he puesto los más conocidos y me acuerdo muy bien del climax que solía alcanzar leyendo aquellos 'ladrillos' (nadie como un ruso para estirar la realidad). Creo que me quedé varada en la revolución bolchevique y después no he sido capaz de seguirle la pista a una literatura que, dicho sea de paso, es muy suya, muy 'endogámica'.
Yo no he leído mucho a los rusos. Me gusta entretenerme en la media ladera, sin abordar las cumbres, así que, en lugar de atacar los venerandos e imponentes ladrillos de los grandes, sólo he leído algo de teatro y algún cuento de Chejov. En cambio, el constructivismo ruso me resultó fascinante. No digamos los compositores decimonónicos. Y especialmente querido me resulta el cine de Tarkovsky.
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