Este interesante artículo pretendió rescatar de la demolición una obra del arquitecto soriano Javier Bellosillo. Se trataba de una iglesia construida en el centro de Almazán, que estuvo abandonada desde poco después de ser construida. La reflexión llegó tarde, y finalmente, el conjunto desapareció. El autor del artículo acuña el término "indigencia cultural".
La misma triste suerte corrió con este otro edificio de Fisac, arquitecto conocido por el buen número de notables iglesias que construyó por todo el país. En este caso se trataba de un emblemático edificio industrial de Madrid, cuya fachada se caracterizaba por una notable dificultad constructiva, por la que había sido bautizado como "la pagoda".
Ya hace muchas décadas que Josep Pla se asombraba del olvido en el que había caído la memoria de personas ilustres de su momento, y lo achacaba a la naturaleza de esta sociedad, en la que "todo es nada", que escribía Santa Teresa de Jesús. Efecto nefasto de esa flojera en la voluntad de hacer las cosas bien, de la que también de quejaba Unamuno, y contra la que proponía un amor al trabajo, de raíz protestante. Y si a la desgana se suman el odio y la ignorancia, el efecto es devastador.
Decía uno de los conservadores de la mezquita de Córdoba, que lo mejor que les podía pasar es no tener dinero para obrar en el edificio. Eso fue lo que hizo de este país una potencia en la mejor arquitectura: que nunca tuvimos dinero para demoler y construir "ex novo". Ahora se demuelen, no solamente las instalaciones o las distribuciones, sino la misma estructura, porque ya no cumplen las nuevas normativas, que son dictadas exclusivamente para fomentar una renovación artificial. Verdadera miseria de este momento.
2 comentarios:
Los planes de urbanismo nos dan la medida de la democracia real existente en un país, territorio o ciudad. Los nuestros son como para salir corriendo.
No conozco los planes urbanísticos más que en lo concerniente a las condiciones que imponen a la edificación.
Supongo que lo que comentas es de la misma naturaleza de lo que le sucedía al auditor de las cuentas del ayuntamiento de Castro Urdiales: está prevista la existencia de un auditor, el auditor existe y audita, pero en última instancia, no puede dar parte de lo auditado a ningún superior, sino solo a la institución auditada.
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