21.5.13

HABITANDO EL INTERSTICIO


Extraña sensación la de deambular por el espacio que resta entre la estancia cerrada, la estructura, el parasol, el forjado y la cubierta.

Es poco probable que a los Homo sapiens nos interese un espacio arquitectónico. Pocos son sensibles a la naturaleza de esos lugares, incluidos los propios profesionales. Por más que casi todos suelen ser la consecuencia de, estando sobre un plano firme, rodearse por todos los demás lados de un cerramiento protector (ya decía Frank O. Gehry que, finalmente, siempre se vuelve a una caja). Sólo es seguro que nos emociona la oscuridad, la masividad de la piedra y el aroma del humo, que nos devuelven a la cueva, como lo confirman la mayoría de espacios religiosos que han existido.

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