es de esperar que exista una Vieja.
La relación entre ambas es evidente, y sorprendente, si tenemos en cuenta que el edificio de Mies estaba originalmente pensado para un lugar tan diferente como Santiago de Cuba, y para una función tan diferente como la de sede de un fabricante de ron.
Si he de ser sincero, nunca me gustó el edificio de Mies. Ni siquiera cuando estuve en él. Pero conocer es amar, y con el tiempo he suplido la falta de emoción por la simpatía. Y con simpatía quiero decir que, comprendido que se puede volver a los viejos temas, yo mismo estaría dispuesto a asumirlos y a repetir el esquema de un basamento "amorfo", y una coronación clásica "ideal". Aunque el "ideal" "sólo" sirva "para ser bello y significar".
No hay comentarios:
Publicar un comentario