La política ha asignado un trazado claro a los Pirineos desde el este (Mediterráneo), hasta el oeste (Atlántico), y las bestezuelas que componemos el rebaño acatamos ese esquema, como acatamos tantas otras estupideces.
Pero si uno no es un mentecato, observar un plano de relieve del extremo occidental de la frontera de España y Francia, le deja claro a uno que la cordillera no "termina" con la frontera. Sólo si se mira llegando desde las llanuras de Francia puede dar esa falsa impresión. Sobre un plano topográfico, desde luego, queda perfectamente claro que el imponente macizo continúa muy sólidamente, adentrándose por el norte de la península.
Esta convención, aparentemente objetiva pero evidentemente falsaria, ideada y aceptada por indeseables cabestros a uno y otro lado de la frontera, tiene consecuencias sorprendentes en estudios botánicos, climáticos, etc. Tristemente, los ejemplos de influencia de esa falsedad en esas disciplinas son incontables.
2 comentarios:
La fijación de fronteras entre diferentes estados ha generado no pocos conflictos. Me encantan Los Pirineos para las actividades como el senderismo, ciclismo, etc. La bandera es cosa de humanos, la naturaleza es libre.
Sañudos.
La naturaleza es libre, pero nosotros somos ciegos que casi sólo vemos con el entendimiento. Entendemos esquemas sencillos y a todo se los aplicamos.
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