VII
La llama cura a la llama
no con un goteo de instantes
sino con un súbito fulgor;
como la pasión que se funde con otra pasión
y perduran clavadas
o como la melodía que quedara
allí, en el centro, como una estatua
inconmovible.
No es descanso este respiro
sino timón de un rayo.
Yorgos Seferis/ Pedro Bádenas de la Peña
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