XIII
Un poco más y el sol se detendrá.
Los fantasmas del amanecer
soplaron en las caracolas secas:
cantó el ave tres veces, sólo tres veces;
la lagartija está quieta en la piedra blanca
mirando la yerba abrasada
allí donde se deslizó la culebra.
Un ala negra traza una brecha profunda
arriba en la bóveda azul-
átala que se abre.
Dolor de resurrección.
Yorgos Seferis/ Pedro Bádenas de la Peña
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