(Budrum)
Un cielo así, un cielo delicado y en las murallas,
lirios cincelados, escudos, leones y
SALVA NOS DOMINE VIGILANTES
CVSTODI NOS DORMIENTES
en el dintel del pórtico.
En el patio del castillo
atrevidas flores rojas,
peces venenosos las llaman ahora.
El ángel se ha marchado enseñando sus talones de oro,
tobillos y muslos del color dorado de la piedra.
y el hombre, asediado, solo, rodeado;
sed; la fortaleza cerrada a cal y canto.
Pobres cuerpos y las lanzas enemigas se apiñan
en vela.
Abajo, en Halicarnaso...
"Si besara tu cuello
e impregnara mi sudor los pezones de tus senos,
tus pezones, diminutas bayas rojas".
En la víspera de los Doce Apóstoles fue
cuando se derramaron por la arena sus claveles
y llanto fue ella la noche entera
nadando en penas poco profundas;
él la escuchaba enredado en la intrincada trampa de
sus prendas
como gladiador del circo preso en la red:
manos crispadas.
Un cielo así
y la luz cobriza de la luna
en el jardín de cactus gigantescos.
Desnudez entera de la luna
y mar hecha de piel y alientos.
Peces venenosos como en un cuento de Heródoto,
talones dorados, lanzas brillando al sol:
SALVA NOS VIGILANTES-
en cuanto al sueño
se habla de un fino sepulcro
muy cerca de nosotros.
Junio 1950.
Yorgos Seferis/ Pedro Bádenas de la Peña
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