Después de este gran lapso en el que tantas cosas han sucedido, he vuelto a Ibero. A este lugar que para mí pertenece ya al Mediterráneo.
Junto al bramar del estanque que desemboca en el Araquil, en el crepúsculo de un suave y nítido día de verano, con la luna reinando en el cielo azul pálido, me sorprendió la sencilla experiencia física de refrescar mis pies en el agua...
Junto al bramar del estanque que desemboca en el Araquil, en el crepúsculo de un suave y nítido día de verano, con la luna reinando en el cielo azul pálido, me sorprendió la sencilla experiencia física de refrescar mis pies en el agua...
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