Este terreno junto al santuario presenta los elementos tradicionales de una pequeña explotación agrícola (parecidos a los de cualquier otra del planeta): un árbol frondoso que dé sombra bajo la que poner una silla y una mesa, y los tinglados del agua, sin los que la tierra vale poco: un pozo, una bomba, y un depósito. El ámbito de la vida sencilla.
A la derecha está la entrada a la zona del santuario de Artemisa brauronia, con un ensanchamento en la carretera que el propietario de la huerta aprovecha para dejar el coche.
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