Poca gente, arena limpia, buena temperatura y aguas transparentes y tranquilas en el lado de la bahía, donde la playa mira hacia el sur. Animado tráfico de buques, veleros y lanchas a motor. No se puso a lloviznar hasta última hora de la tarde, por lo que nos dió tiempo a hacer un poco de todo: bañarnos, ver las focas y los leones marinos del pequeño zoo, y pasear tranquilamente por la península de la Magdalena.
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