Que en el pueblo cántabro de mi padre, cerca del nacimiento del Ebro, haya tantos topónimos con sentido en euskera, y tantos apellidos propios de esa lengua, es algo que descubrió B. y que lleva estudiando desde hace tiempo.
El clima político y social en estos momentos y en todo el ámbito de esa antigua Vizcaya que iba desde Llanes hasta Francia, es muy desfavorable para esa investigación. Como en muchos otros asuntos, la verdad queda reducida a un asunto de uso doméstico que vamos creando con datos encontrados aquí y allá, que se han librado, por casualidad o por provenir de otros tiempos, de la deshonestidad y la ignorancia a las que conduce la tiranía del interés.
Iniciarse en el estudio del euskera es una de los mayores aciertos de B., que le ha permitido relacionar esa lengua con el castellano y con el gallego (lástima que no fueran más), eludiendo los malintencionados convencionalismos sobre la desconexión entre esas lenguas. Gracias al estudio del euskera, hemos enriquecido nuestro castellano y hemos puesto en valor nuestro gallego, cuyo dominio ha supuesto la mejor herramienta para la comprensión del euskera ¡Quién nos lo iba a decir! Una aportación verdaderamente genial de B., con la que tanto hemos disfrutado. Porque para disfrutar sirve la cultura.
2 comentarios:
Un libro del cántabro Francisco García Berlanga, nada que ver con el dlirector de cine, que siempre me pareció espléndido y que explica toponimia de muchos lugares de la península con grandes dosis de plausibilidad: "5000 años de euskera". Se editó hace casi 40 años y es espléndido. Y tiene mucho que decir de todo esto.
Tomo buena nota. Gracias. :)
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