Pinchando en la fotografía, encontrada aquí, se accede a una grabación del tema de Morricone.
Igual que sucede en la película de Carpenter, en la Antártida está sucediendo algo preocupante. Hasta Greenpeace ha sido comprada y desvía la atención de sus seguidores hacia el extremo opuesto del planeta. Es la primera vez en la historia que no hay que asesinar a nadie para arrebatarle lo que nos interesa, pero tampoco hay ningún testigo de nuestras atrocidades. La noticia de esos acontecimientos no debe salir de sus confines; debe quedar enterrada en los hielos de ese continente.
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