Fue el cine que me tocó ver de niño. Hasta ahora y para mí mismo, eran productos deleznables, rodados en exteriores, con bajo presupuesto, que explotaban cualquier tema que diera dinero una vez desaparecidas las limitaciones de la censura de EE. UU. (sangre, sexo, terror...), pero que eran mutilados por la censura española y por la publicidad de TVE hasta resultar incomprensibles. Ahora, libre de aquella tiranía de los medios, estoy pudiendo disfrutar de las mejores de aquellas películas:
Charley Varryck (por infumable título en España, La gran estafa), de 1973, dirigida por Don Siegel ha sido la primera. Una pequeña historia en un entorno social de desesperación que empuja a
la gente a la delincuencia, con protagonista omnisciente, momentos de
violencia mitigada y un final... Bueno, no se debe desvelar el final de ninguna película.
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