Otra infame traducción (San Francisco, ciudad desnuda), para un producto (The laughing policeman), esta vez sí, nefasto. Los personajes están meramente esbozados, y hay una notable pérdida de tiempo en escenas sin relevancia, que podrían haber estado bien en un cine documental. Un puro enterteniment para perder el tiempo delante de la tele un sábado por la noche. Pero también considero que, quizá, el cine de ese momento estaba a la altura de lo que el cine puede ofrecer, porque, ¿no solemos esperar demasiado de una hora y pico de teatro?
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