Veo en este producto un montón de virtudes que podrían haber hecho de él una obra de arte. Sin embargo, sorprendentemente, el resultado no es ese. Lo mejor, los animales; especialmente el gato, que no en vano comparte protagonismo con Elliott Gould en la mayoría de los carteles. Los diálogos son incomprensibles, en parte debido a la castración que sufrió para su emisión por televisión. El ambiente de Los Ángeles de 1973 me hace recordar el que veo en muchas viviendas unifamiliares en La Bilbaína, en Unbe...
Pinchando en la fotografía se accede a una grabación del tema The Long Goodbye, de John Williams, interpretado por Jack Sheldon:
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