Estos ejemplos de arte en la calle me parecen extraordinarios. Hay varios aspectos que me interesan de los mismos:
- Que no son vandalizados: la gente no reconoce en ellos ningún signo del poder, ni encuentra en ellos ofensa ni intención de manipulación.
- Permiten disfrutar (de una vez y tras tantos siglos), el arte directamente, sin los escrúpulos impuestos por el aparato del negocio del arte (admiración artificiosa como pose social; iluminación que impide apreciar el colorido; limitación de distancia entre el espectador y la obra; pago de entrada; horario restringido, crítica interesada...)
Un placer difícilmente repetible.
Las obras son (subo dos, pero hay más): Copia del cuadro titulado Puente de Burceña (1925-1930), de Aurelio Arteta Errasti (1879-1940):
Las obras son (subo dos, pero hay más): Copia del cuadro titulado Puente de Burceña (1925-1930), de Aurelio Arteta Errasti (1879-1940):
Y copia del cuadro titulado Nuestra Señora a última hora de la tarde (1902), de Henri Matisse (1869-1954):
Estos ejemplos de arte en la calle me parecen extraordinarios. Hay varios aspectos que me interesan del mismo:
- Que no es vandalizado: la gente no reconoce en él ningún signo del poder, ni encuentra en él ofensa ni intención de manipulación.
- Permite disfrutar (de una vez y tras tantos siglos), el arte directamente, sin los escrúpulos impuestos por el aparato del negocio del arte (admiración artificiosa como pose social; iluminación que impide apreciar el colorido; limitación de distancia entre el espectador y la obra; pago de entrada; horario restringido, crítica interesada...)
Un placer difícilmente repetible.
Las
obras son (subo dos, pero hay más): Copia del cuadro titulado Puente de
Burceña (1925-1930), de Aurelio Arteta Errasti (1879-1940):
Copia del cuadro titulado Nuestra Señora a última hora de la tarde (1902), de Henri Matisse (1869-1954):
Estos ejemplos de arte en la calle me parecen extraordinarios. Hay varios aspectos que me interesan del mismo:
- Que no es vandalizado: la gente no reconoce en él ningún signo del poder, ni encuentra en él ofensa ni intención de manipulación.
- Permite disfrutar (de una vez y tras tantos siglos), el arte directamente, sin los escrúpulos impuestos por el aparato del negocio del arte (admiración artificiosa como pose social; iluminación que impide apreciar el colorido; limitación de distancia entre el espectador y la obra; pago de entrada; horario restringido, crítica interesada...)
Un placer difícilmente repetible.
Las
obras son (subo dos, pero hay más): Copia del cuadro titulado Puente de
Burceña (1925-1930), de Aurelio Arteta Errasti (1879-1940):
Copia del cuadro titulado Nuestra Señora a última hora de la tarde (1902), de Henri Matisse (1869-1954):
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