A medio camino entre Budapest y el lago Balatón, la población de Úrhidá, aunque pequeña, está bastante bien comunicada por ferrocarril (estación a 5 km), y carretera. La proximidad al Balatón (el mar de Hungría), permitía acudir a bañarse al lago (a unos 30 km), pero sin soportar los precios abusivos de comprar o alquilar un inmueble en sus orillas.
La vivienda recuerda la arquitectura tradicional en su porche exterior y su sencillez. Sólo dispone de un dormitorio, por lo que seguramente no era una vivienda permanente.
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