En esta orilla existe un equilibrio difícil de apreciar. No está puesta en valor como cabría esperar porque no es un lugar deseable en última instancia, aunque en principio pueda parecerlo. Las cosas que se encuentran a la intemperie exigen un mantenimiento constante debido al ambiente húmedo y salobre, y las que se encuentran en los interiores también presentan problemas ligados a la humedad. Además, es un lugar que el oleaje y el viento hacen peligroso.
A orillas del Cantábrico, que se me antoja parecido al mar del Norte, es cierto que se da la apetencia de la orilla y la vista del mar, seguramente ligadas a la aparente bondad de una primera impresión. Así, en el Cantábrico hay palacios reales, ciudades de vacaciones. Sin embargo, simultáneamente, las inmediaciones del mar están también habitadas por personas desfavorecidas (barrios de viviendas económicas, cuarteles de la Guardia Civil), o destinado a ciertos usos "poco presentables" (cementerios, centrales nucleares, industrias contaminantes, prisiones, vertederos). Y sospecho que en Gran Bretaña no ha de ser muy diferente
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